DISTANCIA RECORRIDA:Imposible de calcular.TIEMPO EMPLEADO: unas 13 o 14 horas Toni y Sergio se vuelta hasta Gouter, Pico y Yon de vuelta hasta Tete Rousse DESNIVEL POSITIVO ACUMULADO: 992 m. PUNTO MÁXIMO DE ALTURA ALCANZADO: 4808 m. en la Puta Cumbre del MONT BLANC ssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
A ver, ¿dónde nos habíamos quedado? Ah si!!!, en el puto refugio de Gouter. Lo de “puto”, lo digo más que nada por el trato que recibimos allí. En cualquier caso no me voy a detener mucho en este tipo de historias, primero porque me ponen de mala ostia y segundo, porque tengo intención de hacer otra entrada, en la que recogeré información, consejos y todo lo que considere de interés, para gente que quiera acometer esta aventura. Cuando nosotros nos pusimos manos a la obra y consultábamos en internet al respecto, eché de menos una información más de andar por casa, no sé si me explico, algo que recoja consejos útiles de verdad y que se acerquen lo máximo posible a lo que realmente nos íbamos a encontrar allí. No sé realmente si alguien ajeno a PLS, visitará esta página, pero me apetece hacerlo, así que ya tengo tarea pendiente. Bueno Sigamos.
Cómo decía antes, ya nos encontrábamos en Gouter, yo acababa de llegar y estaba exhausto, pero habíamos conseguido reservar turno para la cena y nos tocaba ya. De hecho, hasta Yon, tuvo que bajar unos metros a echarme una mano con la mochila, porque si no, no llegaba (muchas gracias, por cierto). Después de un percance con un francés, con un poquito de mala ostia, pudimos finalmente cenar y un poco desorientados por las dificultades del idioma y el trato recibido, fuimos acomodándonos en una esquina del comedor, donde podíamos pasar la noche. Ah! Que me olvidaba del “filete”, Witold, que así resulta que se llamaba, era un polaco, que tenía intención de ascender en solitario. A él, que había llegado incluso más tarde que yo, no le daban ni de cenar, así que nosotros, le dejamos un poco de lo que nos sobró y le debió de parecer un buen gesto, porque hicimos amistad enseguida con él y de hecho nos dijo que si no nos importaba, le gustaría ascender con nosotros. Lógicamente, nosotros aceptamos. Lo de “filete”, es porque por lo visto, la pronunciación de su nombre es algo así como “bistec” y a nosotros nos molaba mucho más llamarle filete jejeje, además él no se enteraba. Total, que después de que os haya presentado a nuestro colega el filete, sólo me queda deciros, que siendo más o menos las 22:00 de la noche, después de que el salón se fuese quedando vacío, nosotros, el filete y alguna otra persona más, nos acomodábamos en los sacos, con la intención de dormir un ratito. A las 02:00 estaban puestas las alarmas, así que el que mejor cogiese el sueño, iba a dormir como mucho 4 horitas, pero alguno sí que lo cogió, porque os puedo asegurar que ronquidos se escucharon.
02:00 de la madrugada y toca diana, la verdad es que nos levantamos muy rápido, no hubo ningún rezagado de los de 5 min. más, sería una combinación de dificultad para dormir a gusto, con el nerviosismo propio de lo que nos esperaba. Teníamos nuestro desayuno preparado en una bandeja, con pan “aceptable”, cortado en rebanadas y té para algunos y café soluble para otros, con nuestro termo de agua correspondiente. Después de desayunar, fuimos preparando todo y tardamos más de lo previsto, de hecho, fuimos de los últimos en salir, tampoco es que subiera mucha gente, anunciaban mal tiempo a media mañana y teniendo en cuenta que se trata de los últimos días de junio, era lógico que no lo intentará mucha gente. Delante nuestra irían como mucho 15 personas, en cuatro o cinco cordadas, al menos que yo viera. Por detrás sí que subía más gente, no mucha tampoco, pero algún frontal se veía, lo que no sé, es si se trataba de gente que salía desde Gouter o por el contrario, acometía la ascensión desde Tete Rousse.
Poco a poco fuimos saliendo del refugio, por delante de nosotros unos cuantos frontales, nos iban marcando el camino. En cualquier caso, la huella estaba muy marcada y era imposible perderse. Se comienza ascendiendo por detrás del refugio, a la derecha, aunque era de noche, poco a poco la vista se va acostumbrando y se puede ver cómo cresteas, subiendo y bajando 3 ó 4 veces, hasta que finalmente te enfrentas a una dura ascensión. Esta ascensión, es la subida al Dome de Gouter, aquella a la que hicieran referencia los pamploneses y no me extraña. Yo en este punto ya empezaba a estar jodido y poco a poco me iba distanciando, parecía mentira, ya que llevábamos poco más de media hora, pero así era. Por delante de mí, Yon encabezaba el grupo, lo seguía el Filete y seguidamente Pico.
Toni parecía que me esperaba, - “que guay, me va a esperar, que solidario”, eso pensaba yo, cuando llego a su altura, me comenta que esta jodido, así que al menos no era el único. Paramos un poco, descansamos y nos ponemos de nuevo en marcha. Despacio, muy despacio, vamos avanzando, la puta pendiente parece que no se acaba nunca y no da tregua. Decidimos utilizar una técnica que yo ya había usado en el Aneto. 50 pasos y nos paramos a descansar un pelín, para enseguida acometer otros 50… así una y otra vez, una y otra vez. Yo iba contando y le decía a Toni – "25", luego le anunciaba que habíamos llegado a los 40 y en unos instantes 50, toca parar. Los 50 no solía anunciarlos como - "50", sino que utilizaba palabras como: - "Vale", - "Para" o – "Ya está". Joder, se nos estaba haciendo durísimo, algunas veces ni siquiera llegábamos a los 50, otras, cuando tocaba reanudar la marcha, yo pedía más tiempo de descanso y otras veces lo hacía Toni.
A nuestro ritmo, finalmente alcanzamos el dome de Gouter (4304 m.), nos vinimos un poco arriba, cuando adelantamos a un francés, que ascendía en solitario y que debe ser que iba más jodido que nosotros, jejeje. Mientras Yon, Pico y el “polaco solitario”, seguían a lo suyo.
Al llegar al alto del Dome, viene un ligero descenso, que te lleva a una especie de valle, para enseguida volver a acometer una dura aunque breve subida, hasta el refugio de emergencias “Cabaña Vallot” (4362 m.) Ya empezaba a amanecer y desde esa posición, Toni y yo, pudimos diferenciar a lo lejos, como éstos tres máquinas, estaban llegando al mencionado refugio. Realmente no nos sacaban tanto, a lo mejor unos 20 min. ó media hora. A partir de este punto, a Yon, se le ocurrió encender los Walkies (gran invento) y pudimos comunicarnos con ellos. Habían decidido continuar sin descansar en Vallot (putas máquinas jejeje), nosotros, a pesar de que aún no habíamos llegado, ya les dijimos por radio que nuestra intención era parar un poco, así que por consiguiente la distancia aumentaría.
El refugio Vallot, es una especie de cochiquera, llena de mierda, a la que se accede por unas escaleras metálicas, que están por debajo del nivel del suelo de éste. Es un curioso sistema para evitar que la entrada quede sepultada por la nieve, ya que este refugio no está guardado y por tanto, nadie se ocupa de su mantenimiento. Dentro, es totalmente diáfano y existe una radio para emergencias. Toni y yo, aprovechamos para comer algo y beber agua, mi CamelBag no se había congelado del todo y habíamos ido bebiendo por el camino, pero el sabor del plástico era un poco asqueroso, así que aquí aprovechamos a sacar las cantimploras. Yo no había manera de que entrase en calor (síntoma de ir muy justito de fuerzas), porque según decía Toni, el frío no era muy intenso. Después de unos 20 min. en los que intercambiamos un chapurreo de inglés, con un montañero francés que había hecho noche allí y a pesar de que yo no me había recuperado mucho, nos pusimos de nuevo en marcha, no podíamos demorar mucho la ascensión, como ya he comentado antes, anunciaban tormentas a media mañana y la verdad, no me gustaría encontrarme en una buena tormenta, rodeado de niebla y con un frío que te cagas, si ya es duro en Guadarrama, no quiero ni imaginarme en el Mont Blanc.
A partir de este punto, se encuentran las rampas, con mayor inclinación de toda la ruta. Primero se asciende por una gran ladera, realizando unas zetas, para dar a parar a una arista en la que la mayor parte del tiempo, vas ayudándote con las manos y en las que el Piolet, que no habíamos usado hasta ahora, resulta imprescindible. Poco a poco, se va ascendiendo por esta arista, hasta que encuentras dos huellas, una sigue ascendiendo hasta coronar la misma, para rodear la pala de nieve por su lado derecho y otra, se asoma al valle que tienes a tu izquierda y en ligero ascenso, se junta con la otra que viene de la otra ladera unos metros más adelante. Nosotros elegimos ésta última, seguramente guiados por nuestras fuerzas, ya que la otra supone mucho más esfuerzo y claro, os preguntaréis, porqué si la otra es más dura, no todo el mundo va por ésta, pues porque cuando ya habíamos avanzado unos metros, nos dimos cuenta que estábamos andando (nosotros y todos los que escogieron esta huella antes que nosotros) por encima de una fina capa de hielo, que a nuestra derecha, se convertía en una especie de gruta o cavidad helada, de la que no se veía el fondo, así que despacito, fuimos avanzando, alejándonos de aquella historieta. Tampoco se veía tan peligroso, pero mejor era no arriesgar, por eso existía la otra huella.
Después de este punto, llegas a una especie de pequeña explanada de hielo y nieve, que es la antesala a una arista que tienes por delante, muy aérea, por la vertiente izquierda y que conforme vas ascendiendo, tienes que afrontar primero por su lado derecho, cada vez más pegado a la cornisa, hasta que finalmente en un punto medio, pasas al lado izquierdo y se pone un poquito más peliaguda jejeje Aprovechamos para hablar con Yon por radio, nos comentaron que Pico iba muy jodido y se estaba quedando un poco atrás, de hecho, se habían encordado hace algún tiempo y Pico, acababa de soltarse, ya que no podía mantener el ritmo y no quería frenar más a la cordada. Era gracioso este punto, porque Yon nos había comentado que sólo se encordarían si lo veía realmente peligroso y nosotros no teníamos cuerda jejeje fuese como fuese lo que nos quedaba, lo teníamos que afrontar asegurados al aire jajaja.
Esta zona era si cabe la más dura de toda la ruta, además la altura me imagino que dificultaba más la ascensión, no obstante, en teoría, hay en torno a un 40% menos de oxigeno, aunque sí que es verdad que ni Toni, ni yo notábamos ningún otro síntoma del mal de altura (bendito Edemox), diferente al propio cansancio, que no sabemos si efectivamente era fruto de la altura o se debía simplemente al gran esfuerzo realizado. Después de superar la arista que he comentado en el punto anterior, se accede a una especie de collado o llanura, que tiene nombre, pero no me acuerdo cual es . Fue en este punto, donde nos cruzamos con nuestros tres compañeros, que bajaban de cumbre. Yon y el Filete habían llegado primero y Pico, al que si le había afectado la altura y tenía taquicardias y dificultad para mantener la verticalidad, se había superado a sí mismo y conseguía hacer cumbre unos 10 min. después.
Nos abrazamos, intercambiamos sensaciones y éstos nos dijeron que nos quedaban unos 20 min. a cumbre. Nosotros desconfiamos un poco, no podía ser que después de todo el sufrimiento sólo nos quedasen 20 min. Pensamos que lo hacían para animarnos, posteriormente pudimos comprobar que no mentían. Les preguntamos sobre el encordamiento, de hecho el Filete nos ofreció una cuerda que llevaba y no estaba usando, pero Yon nos tranquilizó y nos dijo que a pesar de que la última arista era muy expuesta, a penas hacía aire y que se habían encordado, sobre todo por el Filete, que estaba un poco acojonado, pero que tampoco era tan imprescindible, así que decidimos seguir sin encordar… total, tampoco tenemos experiencia en ello y a lo mejor, como se suele decir, iba a ser peor, el remedio, que la enfermedad. También nos dejaron la cámara de Yon y menos mal, porque si no nos hubiésemos podido retratar en cumbre y después de todo lo sufrido, como para no hacerlo.
Tras despedirnos de nuestra gente, nos pusimos de nuevo al asunto, nosotros para arriba y ellos para abajo. Afrontamos la última arista, que cuenta con dos o tres huellas, que se van perdiendo poco a poco, hasta convertirse en una única, en la puta cresta y con enormes caídas a ambos lados de la misma. Con la perdida de esas huellas, también se va perdiendo inclinación, hasta que finalmente se va poniendo prácticamente llano, unos metros por delante, ya en un altiplano más ancho, se encuentra la CIMA DEL MONT BLANC. Según ascendíamos por la última cresta, íbamos hablando y coincidíamos en la emoción, no sé si a Toni, llegó a escapársele alguna lágrima, a mi sí. A pesar de la emoción, seguíamos muy justitos de fuerzas, así que con nuestros dos cojones, en plena arista cimera, en la zona más expuesta de toda la ruta, nos permitimos el lujo de descansar una última vez, recuperar de nuevo el aliento y acometer los últimos metros…
… y así fue como PAPA LIMA SIERRA conquistó el techo de Europa (occidental sí). Aunque se hizo de dos tacadas, toda la representación de PLS, logró hacer cumbre. ¿sabéis lo que es eso? Pues creo que sólo unos pocos que lean esto, sabrán lo que realmente es.