La verdad es que ya tenía ganas de hacer una entrada como esta. He tenido otras oportunidades, pero estaba esperando una como la de hoy. La ruta elegida Cercedilla - Segovia, una vieja cuenta pendiente que ya me la había hecho andando y que quería repetir sobre las dos ruedas. Sólo necesitaba unos cuantos locos compañeros de aventuras, esos locos sois vosotros, mis incansables compañeros de otras fatigas, Pico y Jorge y la nueva incorporación de PLS, aunque sea sólo cuando estemos montados en la burra, el Sr. Isaac.Bueno, centrémonos, en un primer momento habiamos quedado a las 06:45 en el curro, pero por alguien que no voy a nombrar, lo hemos tenido que posponer a las 09:00. Ya sabeis lo que eso significa, más atascos, más tiempo, más dominguero suelto y perdida de magias en casa por llegar a las 18:00 de la tarde... bueno, después de todo, la jefa no se lo ha tomado tan mal.
Total, que a las 10:40 más o menos, estábamos sopesando si desayunar o no desayunar y... como no, nos tuvimos que meter un pinchito de tortilla, bueno, menos Jorge, que opto por las ya clásicas tostadas. Sobre las 11:00 ibamos a ponernos en marcha y ¡Plink! se me enciende la bombillita y me acuerdo que llevo la rueda delantera practicamente frenada. Nos ponemos de mecánicos polleros, a toquetear el disco y cuando nos damos cuenta, se me ha caido casi todo el líquido de freno. Joderrrr, ahora sin frenos, bueno, mejor eso, que echar las muelas por el freno, ya tendría tiempo de echarlas más adelante y sin necesidad de ayuda.
La ruta comienza al final del anden de la estación de tren de Cercedilla, una pequeña valla de madera, nos separa de un camino, que emocionados por el comienzo de la ruta, comenzamos a ascender, hasta que uno a uno vamos parando, poniendo pie a tierra y subiendo unos pedazos de peldaños, que a mí particularmente, ya me hacen sudar. Después de esas escaleras, ya si que comienza la ruta, siempre en ascenso y en algunos casos, en demasiado ascenso, además el camino esta lleno de piedras, en ocasiones bastante grandes y numerosas ramas de árboles "milenarios", como dijo el gran Isaac jejeje En alguna de esas subidas, todos tuvimos que poner de nuevo pie a tierra y alguna de esas subidas, fue la que me partió para el resto de la ruta. Sólo conseguí mantener el ritmo junto a vosotros, durante cuatro Km. más o menos, a partir de ahí, me fui rezagando con Isaac, que se quedó por solidaridad, como demostraría más adelante y en cuanto le dije, voy a parar un momento a recuperar, ya no volví a veros.
El camino, que en esta parte, se convierte en una pista ancha, llamada Camino de la República, va siempre ascendiendo, en mayor o menor grado, pero siempre ascendiendo. Esto es lo que se dice un buen puerto, 829 m. de desnivel positivo. Yo puedo contarlo desde mi punto de vista, ya que lo hice practicamente en solitario hasta el mirador de los poetas y sólo puedo decir que se me hizo infumable, que lejos quedan aquellos años en los que me lo subía casi una vez por semana... por lo que me han contado los demás, Isaac ha tirado como un loco, Pico ha intentado seguirlo y a Jorge, que veía a Pico a unos 100 m., le era imposible alcanzarlo y también por lo que yo sé, han sufrido bastante, pero claro, "subiendo a fuego", no como yo, que he ido a "putamierda". En cualquier caso, no llegarían muy jodidos, porque incluso bajaron a buscarme, no mucho, que por lo menos eso me consuela, pero al fin y al cabo llegaron, descansaron, se fotografiaron y tuvieron fuerzas para bajar a buscarme aunque sea unos metros... si tengo que bajar yo...
Bueno, después de ascender hasta el mirador de los poetas, éstos me reciben muy emocionados, ¡¡¡Eh tío, venga que ya se termina el Puerto!!!... ilusos. Menos mal que yo me lo conozco... Pero ellos tan convencidos, por lo visto se lo habían dicho unos domingueros que andaban por allí. Ya les puse yo los pies en el suelo. Aproveché para recuperar el aliento, que falta me hacía. Nos echamos unas fotos y unas risas, pensando en que deberían de poner junto a esas rocas, algún tipo de recipiente para escupir las muelas que has ido echando en la subida jejeje.
Si que es verdad que a partir de este punto la pendiente se suaviza e incluso algún tramo desciende levemente, pero todavía queda subida, no muy dura, pero subida. Primero se llega a la Fuente de Anton Ruiz, donde nuevamente nos paramos, rellenamos las botellas y nos volvimos a hacer unas fotos y entre ellas una que me niego a poner aquí, porque no sé que pose tengo, que parezco un "Juanitaco".
Todo este tramo y hasta el Puerto de la Fuenfría, sí que lo hicimos juntos, a mí ya no me costaba tanto seguirles y a éstos les pasó un poco de factura las subida "a fuego", aunque les cueste admitirlo. En este tramo, además dejamos volar un poco la imaginación, nos flipamos un poquito, empezamos a decir que hay que salir más con la bici (cosa en la que hago especial hincapié), que nos podíamos hacer unos malltos etc... pero bueno, suele pasar en las salidas de PLS.
En unos minutos, tras pasar por el Mirador de la Reina, nos plantamos en el Puerto de la Fuenfría, enclave tan familiar para la versión pateadora de PLS. Desde aquí, solamente queda bajada hasta practicamente Segovia, asi que nos abrigamos un poquito y comenzamos la bajada. Ahora me voy a vengar yo de los que me han pegado la "jupa" subiendo jejeje. Miramos un poco el croquis de la ruta, decidimos pararnos por si nos separamos a unos 4 Km., justo en un desvio que aparece una carretera a la derecha. Esta primera zona de bajada, sigue siendo una pista igual de ancha que por la que hemos subido, aunque con alguna piedra más ancha y suelta. Aunque no nos hayamos dado cuenta, hemos pasado por unas ruinas, que en su día, albergaron unos aposentos para las paradas que hacían los reyes, al venir de Segovia a Madrid. Estas ruinas además cuentan con su propia leyenda de fantasma.Desde el desvio de la careterra que he mencionado antes, nos vamos adentrando en un pinar, hasta que llegamos nuevamente a una bifurcación, al parecer, de frente y en subida, continúa la Calzada Romana y a la derecha, en bajada, una carretera. Por lo visto, ambos caminos, vuelven a encontrarse unos Kilómetros más alante, así que como no andamos muy sobrados de fuerzas, decidimos tirar por la carretera.
Esta carretera hubiese hecho las delicias de Toni, que sólo sale con 20º, sin viento, ni lluvia y por caminos anchos jajaja. Una bonita y rápida bajada, por una carretera estrecha, totalmente cubierta por pinos, en la que no nos cruzamos con ningún coche y por la que disfrutamos trazando las curvas lo más rápido que pudimos. Según el cuentakilómetros del niño, alcanzamos 57 Km. hora, según el GPS, 65 Km. hora... yo creo que ni uno ni otro, pero si que fuimos rápido.
Después de esta bajada, si no recuerdo mal, nos encontrábamos con varias opciones para seguir. Creo que un camino salía a la derecha, que fue descartado de inmediato. La carretera seguía de frente y a la izquierda se veía primero un aserradero con un camino muy estrecho que desaparecía unos metros más alante y aún más a la izquierda, otro camino más marcado. Hubo un momento de indecisión, porque algunos querían seguir por la carretera, ya que era lo que recomendaba la ruta que llevábamos sacada de internet. Pero yo insití en coger por la izquierda. Esta ruta, hace unos 8 años, la hice andando con mi mujer y recuerdo perfectamente como por la izquierda la ruta era mucho más bonita y por supuesto mucho más técnica y divertida.
Primero nos metimos en el aserradero, pero enseguida vimos que ese camino moría unos metros después, así que nos dirigimos más a la izquierda, para enfilar un estrecho camino, que pasa junto a un comedero para buitres y posteriormente se pierde. La catedral de Segovia se vé al fondo, así que no puede haber perdida, yo decido innovar y me lanzo a la aventura, por una pequeña trialera que veo, muy técnica, quizás demasiado para unos paquetes como éstos (esto es como venganza de la subida jejeje), y como no podía ser de otra manera, llegaron las caídas. Primero fue Jorge, que saltó de la bici ladera abajo, para evitar una caída peor. Luego fue Pico el que pilló, se calló encima de unos rosales, que cuanto más intentaba levantarse, más se los clavaba.
Isaac y yo no nos caímos, pero a Isaac, también le costaba seguirme jejeje, hasta que dimos de nuevo con un camino más o menos ancho, que con muchas piedras, nos llevaba hasta una carretera. Después de esta carretera, no teníamos muy claro como seguir. Si no recuerdo mal de cuando la hice andando, había que coger un poco la carretera a la derecha y unos metros adelante salía un camino hacía la izquierda, que nos bajaría directos hasta las inmediaciones de Segovia, pero ese dato lo omití. La Catedral seguía viéndose sin problemas abajo, en el fondo de un valle, así que cruce la carretera, me adentré en un prado de hierba y les dije a estos que me siguieran... la verdad, no sé porque me hicieron caso jajaja. A partir de este punto hicimos a trocha, todos el tramo hasta dar con un camino delimitado con dos vallas. Fue de lo más bonito de la ruta, cruzamo ríos, piedras, prados, huesos de animales... y claro, trajo consecuencias, como suele ser habitual, pinché.
Arreglamos el pinchazo y llegamos al camino que he mencionado antes. Yo aunque tenía más o menos claro por donde seguir, miré el GPS (la primera vez en toda la ruta), ibamos un poco justos de tiempo, eran más o menos las 14:00 y todavía la catedral quedaba lejos. Este camino muy ancho y ya con civilización, nos llevó hasta una carretera más ancha que las que habíamos visto anteriormente. Ese camino moría ahí y la carretera iba perpendicular a Segovia, así que nuevamente tiramos de GPS y vimos que cogiendo la carretera un poco a la derecha, encontraríamos de nuevo un camino, que ahora sí, va directo hacía la ciudad, que ya se va viendo más cerca.
Este camino pasa junto a la nueva estación de AVE de Segovia, que se encuentra a las afueras y unos kilómetros más alante, pasa por debajo de una especie de autovía, para posteriormente y ya definitivamente adentrarnos en la ciudad, por la zona del Cuartel Militar. Eran las 14:30, cuando estábamos sorteando los coches en las rotondas de Segovia. Decidimos primero mirar los horarios de los trenes, para ver si nos daba tiempo a comer en Segovia o por el contrario hacerlo en Cercedilla. Resultó que el tren dirección Madrid, salía a las 14:55 y el próximo no lo haría hasta las 16:55, así que nos dió el tiempo justo de estirar, tomarnos una jarrita de cerveza y montarnos en el cercanias, camino de la estación de Cercedilla. No nos pudimos hacer la foto en el Acueducto, pero bueno... yo dije que la iba a trucar, pero sinceramente, no tengo tiempo, demasiado que me dá tiempo a escribir este blog.
A partir de aquí, poco que contar en lo que a bicis se refiere. Sobre las 15:45 estábamos tomando un menú en la plaza principal de Cercedilla y a eso de las 18:00, después de habernos despedido del gran Isaac, estábamos descargando las bicis en el parking del curro. Seguro que me he olvidado de muchas anécdotas, pero la esencia ha quedado reflejada en estas líneas. En cualquier caso, quien quiera disfrutar de la experiencia, que deje de leer este blog y se anime a la siguiente... ha nacido una excisión de PLS: "PLS bike"PD: no sé que pasa con tus fotos ISAAC, que no me las puedo descargar, ya me las pasarás en un pen y las actualizo. Un abrazo y nos vemos en la cumbre o en lo más alto del Puerto, según toque jejeje
