A ver como cojones explico yo, donde estuvimos ayer, bueno vamos a empezar desde el principio, a las 8:00 en el curro, ya sabeis lo de mi nuevo horario, íbamos a ser cuatro e incluso a lo mejor cinco, porque se iba a venir Anita, pero finalmente fuimos tres y un perro, Odín, que se comportó como un máquina, no para el tío... después de un atasco de mil demonios, a las 09:40 estábamos desayunando en la Venta Arias, donde ya pudimos empezar a comprobar el día que nos esperaba...
A partir de aquí, sé que empezamos a andar en el Puerto de Navacerrada, que subimos por la pista de esqui del Telégrafo y que llegamos al grupo de piedras, en el que se encuentra una imagen de la virgen de las nieves... y hasta aquí puedo leer.... y me cago en la virgen de los cojones, que si me la vuelvo a encontrar la arranco...
El caso es que hacía un día malísimo o buenísimo, si lo que buscas son condiciones climatológicas adversas, como termómetros bajo cero, viento, niebla y nieve, un día "cojonudo", vamos. Pues supuestamente llegábamos a la estatuta de la virgen, descendíamos un poquito, siguiendo de frente y en pocos minutos, teníamos que estar en las primeras piedras, de la subida final al Séptimo de los siete picos, el más alto y en el único que además se encuentra un vertice geodésico, ya sabéis a lo que me refiero, esas columnas de hormigon, junto a las que se encuentra una placa, que indica que la destrucción de esa placa esta penada por la ley... pues eso, que ni vertice geodésico, ni columna, ni su puta madre...

A partir de aquí se sucedieron subidas y bajadas, seguimos unas huellas, que resultaron ser las nuestras anteriores y que nos llevaron nuevamente a una de las cumbres que habíamos ascendido, decídimos empezar de nuevo, siguiendo más o menos las instrucciones de la descricpción de ruta que yo llevaba y tal y como indicaba éste, fuimos rodeando las cumbres por su ladera norte, es decir dejándolas a nuestra izquierda, hasta que nos vimos metidos en una zona "complicada", en la que había caídas curiosas por canales de roca y en las que casi tuvimos que escalar, entre nieve y hielo, ¡¡¡Qué bien!!!, para terminar en una cumbre, que como si de una película de terror se tratase, ya habíamos ascendido desde el otro lado anteriormente. No podía ser, era imposible, habíamos hecho dos circulos muy raros, pero era seguro que los habíamos hecho después de haber andado poco más de una hora.
Pues nada, nuevamente a empezar, que seguro que nos encontramos, ahora que estamos de nuevo en la línea de cumbres, seguimos por el lado derecho de la cresta y ahora parece que esa cumbre, que nos deja ver la niebla, puede ser uno de los siete picos, vamos a subirlo... ¿¿¿Pero que es eso que hay en la cumbre??? - es una rama... - pues yo creo que no es una rama... - pero si es la Virgen de las Nieves!!!... - pero como va a ser la Virgen de las Nieves... Pues vaya si era, después de una hora y media de buena pateada, estábamos casi al principio, así que como íbamos con algo de prisa en la vuelta y realmente ya habíamos andado un buen trozo, que el único que estaba fresco era el Odín, decídimos volver al coche. En este punto es cuando Toni dijo: "Bueno, no ha estado mal el pateo, vamos a echar un vinito y para el coche", yo en broma conteste: "bueno, hasta que no estemos en el coche, no hemos terminado"... juro que lo dije en broma y que no sabía lo que nos esperaba. A apenas unos metros, se encontraba la pista de practica de esqui, en la que hay una cinta transportadora, de verdad, que eran unos metros, pues no sé que hicimos, comenzamos a bajar y bajar y nada de pistas, ni remontes, ni nada de nada, solo algunos esquiadores de fondo, que más que ayudarnos nos confundieron sus huellas.
Primero encontramos puntos rojos, a mí eso me descuadró mucho, pero es que un poco más alante encontramos puntos azules... lo único que me sonaba de todo eso, si no me equivocaba, es que si seguíamos esa ruta hacía la izquierda, creo que terminaba en la estación de tren de Navacerrada, seguimos mucho tiempo por esa ruta, que por cierto, de ruta nada de nada, había tanta nieve, que no se seguía ningún sendero ni nada que se le pareciera, si no una ladera muy empinada, en la que en ocasiones metías las piernas casi hasta la cintura.

Fruto de la desesperación, del cansancio o de la niebla, sin darnos cuenta también perdimos las marcas azules, ahora si que estábamos verdaderamente perdidos, yo no sé si estos fueron realmente conscientes de lo perdidos que estábamos, porque no se les veía muy preocupados, pero yo que "medio" conozco la zona, no tenía ni puta idea de donde estaba y sin habernos dado cuenta y aunque parezca mentira, habíamos pasado por encima de las pistas de esquí, sin verlas y por la naturaleza que nos encontrábamos, nos estábamos metiendo de golpe en Valsaín, en el valle que separa Navacerrada de Cotos y que lo más cercano que podíamos encontrar, salvo con suerte alguna carretera, era la Granja o Valsaín... todo esto pensando que fuese ese el valle, porque a mí ya no me cuadraba nada... eran cerca de la 13:00, no es que fuese a llamar al 112 ya, pero lo tenía muy presente y si nos llegan a dar las 15:00 y no llegamos a encontrar nada, desde luego que hubiese llamado, porque sin saber donde estábamos y con la cantidad que habíamos andado, probablemente en circulos o alejándonos de la ruta marcada, iba a ser muy dificil que nos encontrasen antes de que callese la noche... así que si vosotros y el Odín estabaís tranquilos, yo he de deciros que no!!! de verdad que lo pasé mal.
Finalmente, menos mal que no hicimos caso al Jorgito, que decía vamos a subir y desde allí decidimos y no hubiese estado mal, siempre y cuando se viese algo, pero es que la niebla no te dejaba ver apenas nos metros delante de tus narices. Fuimos avanzando a media ladera, a tres alturas difere
ntes, a ver si alguien encontraba alguna marca o encontraba a algún esquiador de fondo, que nos pudiese indicar... pero de momento nada de nada.Para que os imaginaseis el nivel de desesperación o "miedo" que yo tenía decidí bajar ladera abajo, con el fin de encontrar alguna carretera o la vía del tren que sube desde Cercedilla, el funicular, de hecho Toni también creía que nos cruzaríamos con la vía, pero pobres ilusos, íbamos bajando, cuando de casualidad vimos un punto amarillo en un árbol y una zona más pisada, estaba claro, estábamos en el "archiconocido" Camino Schmid, no había duda, pero era imposible, no me cuadraban las cosas para nada, que lástima de no haber llevado un GPS, que nos hubiese marcado la ruta sibre un mapa, tendría que ser flipante, no sé la cantidad de circulos que pudimos caminar... de verdad que aún no sé que hicimos.
Lo que estaba claro era una cosa, si realmente era el Camino Schmid, había que cogerlo a la derecha, para dar primero con la pista del bosque y luego con la Estación de Esqui de Navacerrada y menos mal, que nuevamente no hicimos caso al Jorgito, que hablaba de cogerlo a la izquierda y que nos habría llevado hasta el Puerto de la Fuenfría. Pero el desconcierto seguía, porque nos pensábamos que estábamos mucho más cerca de Navacerrada y que vá, tuvimos que andar casi otra hora por el Schmid, hasta que finalmente cruzamos la pista del Bosque, donde se cumplió otra de las premisas de las salidas y Toni, se pego un talegazo muy cachondo, con todos
los esquiadores de testigos jejeje.Bueno, finalmente nuestra aventura perdidos en la sierra Madrileña había terminado, todos ya estábamos más relajados, había niños practicando esqui, que hace apenas una hora parecían lo más alejado de nosotros, que pensábamos que no daríamos nunca con la civilización jajaja, quizás exagero un poco, pero de veras que lo pasamos un poco mal, al menos yo.
Luego ya sabeis como va la historia, cambiarnos de ropita, aunque con un poco más dé frío de lo normal y en este caso, cambiamos las cerves de la Cruz Blanca, por un caldito en el Restaurante "Dos Castillas", que la verdad, nos supo a gloria, que calentito...
PD: esta ruta, nos ha servido a los tres que fuímos, porque dudo que Odín sintiese la preocupación, para ver que perderse en la Montaña es más fácil de lo que parece, que no deja de ser un medio hostil, que con las condiciones climatológicas en contra, se puede convertir en una trampa, no diría mortal, pero imaginaros, si por casualidad no vemos las marcas del Camino Schmid y seguimos bajando, nos hubiésemos metido en medio del Pinar de Valsaín, un valle con tres kilómetros de ancho y nueve de largo, franqueado por la ladera que estábamos bajando, que por cierto, es la de siete Picos, así que más o menos hicimos la ruta marcada, y al frente el macizo de Peñalara, con lo que ello conlleva, encima pensando que estábamos en otro sitio completamente diferente del que era, os imagináis si nos pilla la noche...no digo ná y os lo digo tó, pero hacía un frío de mil demonios y era las 15:00 de la tarde, pensar el tiempo a las 00:00 de la noche. Largo, en esta ruta nos acordamos bastante de tí, esta vez si que no veíamos el coche y eso nos preocupaba y mucho...
Un saludo a todos y nos vemos en la cumbre, si no nos perdemos claro...
