
El miércoles día 22 de octubre fue un día de esos, de los de antes. Una buena ruta por la montaña… ¿acaso, hay algo mejor?... pues seguramente que sí, pero hemos de admitir que no está nada mal.
Todo surgió de repente, de hecho, creo que fue por un comentario suelto que le hice al “Largo“. Y que, quién es el largo y quién soy yo, pues eso, creo que no importa mucho, porque probablemente quien lea este blog (que no serán muchos), ya nos conocerá más que de sobra…
Pues eso, que lo
que empezó como una cosa así suelta, cuando le dije al largo que me iba a subir a la sierra, aunque fuese solo (es que tenía mono), él dijo: - ¡Pues yo me apunto!Total, que lo que en principio iba a ser un par de colegas, que van a dar un paseo por la sierra, se convirtió en una buena salida, de cinco compañeros con ganas de pasar un buen rato y de paso, hacer un poco de ejercicio, que a alguno nos viene muy bien.
Yo hice de guía, tuve que recordar mis años mozos, pero creo, (corregirme si me equivoco) que me defendí. Bueno, salvando un pequeño tramo en que si no llega a ser por los hitos de
Bueno, el caso es que por culpa de un atasco y de un par de dormilones, llegamos al puerto de Navacerrada a eso de las 11 de la mañana, (un poco tarde para mi gusto) y estuvimos a punto de pedir unas cartas en el bar “Dos Castillas” y quedarnos a echar un buen mus, y es que fue el primer día de un temporal que posteriormente, ha cubierto de nieve por completo el Puerto. Quien nos lo iba a decir, para un día que salimos a la sierra y nos pilla la primera nevada del año.
El caso, es que no se quién, después de ver a un montañero de esos “curraos” que tiraba para arriba y le daba igual la nieve, dijo: - Bueno qué, andamos o qué. Y casi sin darnos cuenta, estábamos comenzando el “Camino Schmid”. Sí, estamos de acuerdo en que no es el Everest, ni siquiera se acerca mínimamente al Aneto, pero joder, para empezar, no está mal ¿no?. Además con la nieve que nos calló, la ruta se convirtió en algo más que un mero paseo por la sierr
Después de llegar al “Collado ventoso”, donde nos hicimos unas buenas fotos, fue el momento más peliagudo de la ruta, un poco de perdida, hasta que finalmente volvimos a ver los dichosos puntos amarillos. Enseguida llegamos al “Puerto de la Fuenfría”, donde comenzamos a descender y la nieve que nos había acompañado durante toda la ruta, comenzó a convertirse, primero en agua-nieve, y finalmente en una lluvia intensa. Atajamos por una de las rutas que desciende de forma más vertiginosa,una de tantas y tantas trialeras de Cercedilla, señalizada con puntos amarillos y que hace las delicias de los “bikers” más cañeros.
Tras empalmar nuevamente con el camino de la república, enseguida llegamos al “aparcamiento de Majavilán”, donde pronto cogimos la carretera que llega a Cercedilla, y donde, nos faltó muy poco para salir a correr, ya que el ritmo que lleva
Para el anecdotario de los que no se perdieron la salida, se queda, como he dicho anteriormente: la comida, las botas que se deshacían de uno de los caminantes o las chicas que encontramos cuando lle
Bueno, me despido de momento, esperando que estas líneas no se queden en una mera anécdota y que esta sea la primera de muchas.