Bueno, una vez más nos hemos superado chavales. Para empezar, felicitaros y daros las gracias a los asistentes, porque ya es sabido que este grupo se mantiene a los cuatro máquinas de siempre, aunque si que es verdad que cada uno tiene sus motivos para no venir, no pasa nada... ya vendrán tiempos mejores. Lo de superarnos, esta vez más que por dificultad o penurias, ha sido por distancia, ni más ni menos que 18 0 20 Km. nos hemos metido entre pecho y espalda... y es que no se puede concretar con seguridad, ya que, lo primero nos tenemos que fiar de los que colgaron la ruta en internet, que debían de ser cuando menos vascos, porque todos coincidimos en que los km. de esta gente eran muy largos y lo segundo que nos perdimos (como no...) y le metimos algún kilómetro de más a la ruta.
Una vez más, hemos vuelto a darles cera a todas estás páginas webs, sin ánimo de echarnos flores, porque seguramente la gente que cuelga las rutas, hace fotos, descansa y disfruta un poco del paisaje y seguro que no están a punto de echar la patata por la boca... pero es que en el caso de la ruta de esta semana hemos bajado en más de tres horas lo previsto en la página "trotamontes" , pero bueno vamos a relatar un poco lo acaecido.
A las 09:15 más o menos, estábamos empezando la rutita, que como en el caso del Schmid invernal, sube por detrás de la estación de tren de Cercedilla y que comparte con esta los primeros metros, ya que al poco, nos desviarémos por una pista ancha que sale a la izquierda y que asciende suavemente hasta la zona conocida como "los campamentos", donde hubo el primer momento despiste, no se le puede llegar a llamar perdida, porque fue unos minutos, hasta que encontramos la dichosa fuente. Detrás de la misma, comenzaba un duro ascenso, que marcado con puntos rojos, nos iba guiando entre pinos muy frondosos, hasta que alcanzamos nuevamente una pista ancha conocida como "Calle alta". Aquí nos encontramos con un grupo de guiris que parecían militares, que estaban descansando y que como no... estos se picaron y no pararon ni un momento... como sería que nos pasamos hasta el camino que salía en la ladera de la izquierda y que tuvimos que coger más adelante haciendo una pequeña trocha.
Este camino, muy poco marcado y con los puntos rojos más pequeños, te sube de manera más vertiginosa si cabe, hasta un claro en el que se alcanza el límite provincial entre Madrid y Segovia, delimitado por un muro de piedra. Tras superar este muro, a la izquierda sigue el GR-10 marcado con bandas rojas y blancas, aunque no es n
ecesario seguir dichas marcas, porque el camino sigue el paso natural más corto hasta la cima, donde tuvimos que pasar algunos neveros que aún quedaban. La Peñota realmente está formada por tres cimas, desde abajo, según se sube, se tiene como punto de referencia la segunda de ellas, la más alta, así que sin darnos cuenta, pasamos de la primera y directamente nos fuimos a por ésta.
A las 10:45 más o menos, habíamos coronado la Peñota, con 1945 m. de altitud, una cima más para sumar a Papa Lima Sierra, con un tiempo inmejorable que permitío poner las camisetas sudadas a secar, nos metimos nuestro tradicional tentempié regado con un vinito que a pesar de lo que diga Toni o se había picado o lo había rellenado con "Don Simón". Como aún quedaba mucha ruta (aunque no pensábamos que tanto), en seguida nos pusimos en marcha, ascendiendo primero al tercer peñón de Peñota y luego descendiendo como mejor podíamos hacía el lado segoviano y supestamente siguiendo nuevamente las marcas del GR.
A partir de aquí comenzaron las historias, que si sube cerro, baja collado, sube cerro, baja collado, yo no sé la de veces que subimos y bajamos por la cuerda... a veces en el lado madrileño del linde y otros en el segoviano. Imaginaros si subimos y bajamos cerros, que perdimos la cuenta y ya no pudimos seguir las indicaciones del croquis, porque no sabíamos donde estábamos en cada momento... para que os hagáis una idea, os voy a poner los puntos por los que pasamos:
- Peñota 1945 m.
- Collado de Gibraltar 1691 m.
- Cerro del Mostajo 1717 m.
- Collado del Mostajo 1647 m.
- Peña del Cuervo 1706 m.
- Collado de matalafuente 1645 m.
- Cerro de Matalafuente 1674 m.
- Collado del Arcipreste de Hita 1510 m.
- Cerro del Arcipreste de Hita
Ahí es nada... total que apenas unas dos horas y media desde la cumbre de Peñota y después de habernos perdido, como siempre por otro lado, dimos con el llamado Sendero o Camino de los Lomitos, que te deja a pocos metros del Puerto de los Leones, que eso sirve también de referencia, para que os hagais una idea, del palizón que nos metimos entre pecho y espalda. He de decir, que casi, sin darnos cuenta dimos con la Peña del Arcipreste de Hita, unas piedras, con escritos esculpidos en la piedra y donde existe un cofre de madera, donde se halla el Libro del Buen Amor y varios cuadernos donde anotar las andanzas de los que por allí pasan y donde, como no podía ser de otra manera, dejamos rubrica de nuestro paso.
Desde aquí, teníamos que seguir una pista ancha, que ya desde su inicio se veía inteminable, esta fue la parte más aburr
ida de la ruta, el sol sobre nuestra cabeza, empezaba a hacerse insoportable y si no llega a ser por una fuente que encontramos casi de casualidad y que no apafrecía en los mapas, no sé que hubiese sido de nosotros... total que como he dicho antes, la parte más sosa y aburrida de toda la ruta, eso sí, no exenta de nuestro momento de perdida, aunque en este caso, no fue un momento, sino una perdida total, pasamos de largo un supuesto camino que no vimos y nos metimos a hacer lo que más nos gusta, trocha y lo que en principio tenía que conducirnos a media montaña, nuevamente, hacía la zona de los campamentos, nos condujo en unos metros a desembocar a la vía del tren y a un pueblo, que fijaros si estábamos desdesperados, pensábamos que era Los Molinos, cuando en realidad era Cercedilla y que los Molinos, estab justo en la dirección contraria. Total, que tras preguntar a una viej
ecilla algo exagerada y a su marido demasiado optimista, en unos 15 minutos, nos plantamos en la estación de tren y en consecuencia en el coche.
Tras el cambio de ropa de rigor, que Juanmi se disfrazase de guiri playero y los estiramientos oportunos, estábamos camino de la Cruz Blanca, a pesar de mis contínuas negativas... lo demás ya lo conocéis, cervecitas, pinchitos, cervecitas, raciones y más cervecitas, en fin, lo normal.
PD: Perdón por el retraso en las crónicas serranas, todos sabéis que es por un motivo más que justificado y que sepais que estoy escribiendo estas líneas entre pañal y pañal. Un saludo y prometo que, en cuanto pase al segundo curso de puericultura para novatos, volveré con más fuerza.