TODAS LAS SALIDAS DE PAPALIMASIERRA

* ANETO (circular, vuelta por Aigualluts) - Octubre 2012
* Pico el Nevero (circular) - Febrero 2012
* Pto. NAVACERRADA - BOLA DEL MUNDO - MALICIOSA Enero de 2012
* MONT BLANC (Primera parte) - julio 2011
* MONT BLANC (Segunda parte) . julio 2011
* ANETO (Normal por la Renclusa) - mayo 2011
* MTB Cercedilla - Segovia - mayo 2011
* MALICIOSA (Cara Oeste) - Abril 2011
* PEÑALARA (invernal circular) - febrero 2011
* PEÑA EL ÁGUILA - Febrero 2011
* PEÑA EL ÁGUILA "Fallido" - Enero 2011
* PICO EL NEVERO (Ruta no circular) - Noviembre 2010
* PICO LA PINAREJA - Noviembre 2010
* COTOS -BOLA DEL MUNDO - VALDEMARTÍN - CABEZAS DE HIERRO - COTOS - Octubre 2010
* MALICIOSA (desde la Pedriza) lineal hasta BOLA DEL MUNDO Y NAVACERRADA - Octubre 2010
* PEDRIZA (Cabaña de madera) - Septiembre 2010
* 7 PICOS (Vuelta por Senda Herreros y variante nueva) - Abril 2010
* 7 PICOS INVERNAL "Fallido" - Marzo 2010
* PICO MAJALASNA - Febrero 2010
* ALMANZOR por la normal, haciendo noche en el refugio Elola - Setiembre 2009
* Circular PEÑOTA y PEÑA ARCIPRESTE desde Cercedilla - Abril 2009
* MALICIOSA (Barranca - Collado Piornal -Cumbre) - Marzo 2009
* COLLADO DE LA VENTANA - Marzo 2009
* MONTÓN DE TRIGO Invernal (vuelta por Poyal de la garganta) - Enero 2009
* CERCEDILLA - NAVACERRADA (Invernal por varias rutas) - Enero 2009
* MALICIOSA (Invernal fallido por Cara Sur por alguno de los canales, sin saber precisar cual) - Diciembre 2008
* PEÑALARA invernal Ida y Vuelta - Noviembre 2008
* YELMO - noviembre 2008
* Camino Schmid Navacerrada - Cercedilla - Noviembre 2008


jueves, 25 de agosto de 2011

ASCENSIÓN AL MONT BLANC (Parte 2)


DISTANCIA RECORRIDA:Imposible de calcular.TIEMPO EMPLEADO: unas 13 o 14 horas Toni y Sergio se vuelta hasta Gouter, Pico y Yon de vuelta hasta Tete Rousse DESNIVEL POSITIVO ACUMULADO: 992 m. PUNTO MÁXIMO DE ALTURA ALCANZADO: 4808 m. en la Puta Cumbre del MONT BLANC ssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii



A ver, ¿dónde nos habíamos quedado? Ah si!!!, en el puto refugio de Gouter. Lo de “puto”, lo digo más que nada por el trato que recibimos allí. En cualquier caso no me voy a detener mucho en este tipo de historias, primero porque me ponen de mala ostia y segundo, porque tengo intención de hacer otra entrada, en la que recogeré información, consejos y todo lo que considere de interés, para gente que quiera acometer esta aventura. Cuando nosotros nos pusimos manos a la obra y consultábamos en internet al respecto, eché de menos una información más de andar por casa, no sé si me explico, algo que recoja consejos útiles de verdad y que se acerquen lo máximo posible a lo que realmente nos íbamos a encontrar allí. No sé realmente si alguien ajeno a PLS, visitará esta página, pero me apetece hacerlo, así que ya tengo tarea pendiente. Bueno Sigamos.

Cómo decía antes, ya nos encontrábamos en Gouter, yo acababa de llegar y estaba exhausto, pero habíamos conseguido reservar turno para la cena y nos tocaba ya. De hecho, hasta Yon, tuvo que bajar unos metros a echarme una mano con la mochila, porque si no, no llegaba (muchas gracias, por cierto). Después de un percance con un francés, con un poquito de mala ostia, pudimos finalmente cenar y un poco desorientados por las dificultades del idioma y el trato recibido, fuimos acomodándonos en una esquina del comedor, donde podíamos pasar la noche. Ah! Que me olvidaba del “filete”, Witold, que así resulta que se llamaba, era un polaco, que tenía intención de ascender en solitario. A él, que había llegado incluso más tarde que yo, no le daban ni de cenar, así que nosotros, le dejamos un poco de lo que nos sobró y le debió de parecer un buen gesto, porque hicimos amistad enseguida con él y de hecho nos dijo que si no nos importaba, le gustaría ascender con nosotros. Lógicamente, nosotros aceptamos. Lo de “filete”, es porque por lo visto, la pronunciación de su nombre es algo así como “bistec” y a nosotros nos molaba mucho más llamarle filete jejeje, además él no se enteraba. Total, que después de que os haya presentado a nuestro colega el filete, sólo me queda deciros, que siendo más o menos las 22:00 de la noche, después de que el salón se fuese quedando vacío, nosotros, el filete y alguna otra persona más, nos acomodábamos en los sacos, con la intención de dormir un ratito. A las 02:00 estaban puestas las alarmas, así que el que mejor cogiese el sueño, iba a dormir como mucho 4 horitas, pero alguno sí que lo cogió, porque os puedo asegurar que ronquidos se escucharon.

02:00 de la madrugada y toca diana, la verdad es que nos levantamos muy rápido, no hubo ningún rezagado de los de 5 min. más, sería una combinación de dificultad para dormir a gusto, con el nerviosismo propio de lo que nos esperaba. Teníamos nuestro desayuno preparado en una bandeja, con pan “aceptable”, cortado en rebanadas y té para algunos y café soluble para otros, con nuestro termo de agua correspondiente. Después de desayunar, fuimos preparando todo y tardamos más de lo previsto, de hecho, fuimos de los últimos en salir, tampoco es que subiera mucha gente, anunciaban mal tiempo a media mañana y teniendo en cuenta que se trata de los últimos días de junio, era lógico que no lo intentará mucha gente. Delante nuestra irían como mucho 15 personas, en cuatro o cinco cordadas, al menos que yo viera. Por detrás sí que subía más gente, no mucha tampoco, pero algún frontal se veía, lo que no sé, es si se trataba de gente que salía desde Gouter o por el contrario, acometía la ascensión desde Tete Rousse.

Poco a poco fuimos saliendo del refugio, por delante de nosotros unos cuantos frontales, nos iban marcando el camino. En cualquier caso, la huella estaba muy marcada y era imposible perderse. Se comienza ascendiendo por detrás del refugio, a la derecha, aunque era de noche, poco a poco la vista se va acostumbrando y se puede ver cómo cresteas, subiendo y bajando 3 ó 4 veces, hasta que finalmente te enfrentas a una dura ascensión. Esta ascensión, es la subida al Dome de Gouter, aquella a la que hicieran referencia los pamploneses y no me extraña. Yo en este punto ya empezaba a estar jodido y poco a poco me iba distanciando, parecía mentira, ya que llevábamos poco más de media hora, pero así era. Por delante de mí, Yon encabezaba el grupo, lo seguía el Filete y seguidamente Pico.

Toni parecía que me esperaba, - “que guay, me va a esperar, que solidario”, eso pensaba yo, cuando llego a su altura, me comenta que esta jodido, así que al menos no era el único. Paramos un poco, descansamos y nos ponemos de nuevo en marcha. Despacio, muy despacio, vamos avanzando, la puta pendiente parece que no se acaba nunca y no da tregua. Decidimos utilizar una técnica que yo ya había usado en el Aneto. 50 pasos y nos paramos a descansar un pelín, para enseguida acometer otros 50… así una y otra vez, una y otra vez. Yo iba contando y le decía a Toni – "25", luego le anunciaba que habíamos llegado a los 40 y en unos instantes 50, toca parar. Los 50 no solía anunciarlos como - "50", sino que utilizaba palabras como: - "Vale", - "Para" o – "Ya está". Joder, se nos estaba haciendo durísimo, algunas veces ni siquiera llegábamos a los 50, otras, cuando tocaba reanudar la marcha, yo pedía más tiempo de descanso y otras veces lo hacía Toni.

A nuestro ritmo, finalmente alcanzamos el dome de Gouter (4304 m.), nos vinimos un poco arriba, cuando adelantamos a un francés, que ascendía en solitario y que debe ser que iba más jodido que nosotros, jejeje. Mientras Yon, Pico y el “polaco solitario”, seguían a lo suyo.

Al llegar al alto del Dome, viene un ligero descenso, que te lleva a una especie de valle, para enseguida volver a acometer una dura aunque breve subida, hasta el refugio de emergencias “Cabaña Vallot” (4362 m.) Ya empezaba a amanecer y desde esa posición, Toni y yo, pudimos diferenciar a lo lejos, como éstos tres máquinas, estaban llegando al mencionado refugio. Realmente no nos sacaban tanto, a lo mejor unos 20 min. ó media hora. A partir de este punto, a Yon, se le ocurrió encender los Walkies (gran invento) y pudimos comunicarnos con ellos. Habían decidido continuar sin descansar en Vallot (putas máquinas jejeje), nosotros, a pesar de que aún no habíamos llegado, ya les dijimos por radio que nuestra intención era parar un poco, así que por consiguiente la distancia aumentaría.

El refugio Vallot, es una especie de cochiquera, llena de mierda, a la que se accede por unas escaleras metálicas, que están por debajo del nivel del suelo de éste. Es un curioso sistema para evitar que la entrada quede sepultada por la nieve, ya que este refugio no está guardado y por tanto, nadie se ocupa de su mantenimiento. Dentro, es totalmente diáfano y existe una radio para emergencias. Toni y yo, aprovechamos para comer algo y beber agua, mi CamelBag no se había congelado del todo y habíamos ido bebiendo por el camino, pero el sabor del plástico era un poco asqueroso, así que aquí aprovechamos a sacar las cantimploras. Yo no había manera de que entrase en calor (síntoma de ir muy justito de fuerzas), porque según decía Toni, el frío no era muy intenso. Después de unos 20 min. en los que intercambiamos un chapurreo de inglés, con un montañero francés que había hecho noche allí y a pesar de que yo no me había recuperado mucho, nos pusimos de nuevo en marcha, no podíamos demorar mucho la ascensión, como ya he comentado antes, anunciaban tormentas a media mañana y la verdad, no me gustaría encontrarme en una buena tormenta, rodeado de niebla y con un frío que te cagas, si ya es duro en Guadarrama, no quiero ni imaginarme en el Mont Blanc.

A partir de este punto, se encuentran las rampas, con mayor inclinación de toda la ruta. Primero se asciende por una gran ladera, realizando unas zetas, para dar a parar a una arista en la que la mayor parte del tiempo, vas ayudándote con las manos y en las que el Piolet, que no habíamos usado hasta ahora, resulta imprescindible. Poco a poco, se va ascendiendo por esta arista, hasta que encuentras dos huellas, una sigue ascendiendo hasta coronar la misma, para rodear la pala de nieve por su lado derecho y otra, se asoma al valle que tienes a tu izquierda y en ligero ascenso, se junta con la otra que viene de la otra ladera unos metros más adelante. Nosotros elegimos ésta última, seguramente guiados por nuestras fuerzas, ya que la otra supone mucho más esfuerzo y claro, os preguntaréis, porqué si la otra es más dura, no todo el mundo va por ésta, pues porque cuando ya habíamos avanzado unos metros, nos dimos cuenta que estábamos andando (nosotros y todos los que escogieron esta huella antes que nosotros) por encima de una fina capa de hielo, que a nuestra derecha, se convertía en una especie de gruta o cavidad helada, de la que no se veía el fondo, así que despacito, fuimos avanzando, alejándonos de aquella historieta. Tampoco se veía tan peligroso, pero mejor era no arriesgar, por eso existía la otra huella.

Después de este punto, llegas a una especie de pequeña explanada de hielo y nieve, que es la antesala a una arista que tienes por delante, muy aérea, por la vertiente izquierda y que conforme vas ascendiendo, tienes que afrontar primero por su lado derecho, cada vez más pegado a la cornisa, hasta que finalmente en un punto medio, pasas al lado izquierdo y se pone un poquito más peliaguda jejeje Aprovechamos para hablar con Yon por radio, nos comentaron que Pico iba muy jodido y se estaba quedando un poco atrás, de hecho, se habían encordado hace algún tiempo y Pico, acababa de soltarse, ya que no podía mantener el ritmo y no quería frenar más a la cordada. Era gracioso este punto, porque Yon nos había comentado que sólo se encordarían si lo veía realmente peligroso y nosotros no teníamos cuerda jejeje fuese como fuese lo que nos quedaba, lo teníamos que afrontar asegurados al aire jajaja.

Esta zona era si cabe la más dura de toda la ruta, además la altura me imagino que dificultaba más la ascensión, no obstante, en teoría, hay en torno a un 40% menos de oxigeno, aunque sí que es verdad que ni Toni, ni yo notábamos ningún otro síntoma del mal de altura (bendito Edemox), diferente al propio cansancio, que no sabemos si efectivamente era fruto de la altura o se debía simplemente al gran esfuerzo realizado. Después de superar la arista que he comentado en el punto anterior, se accede a una especie de collado o llanura, que tiene nombre, pero no me acuerdo cual es . Fue en este punto, donde nos cruzamos con nuestros tres compañeros, que bajaban de cumbre. Yon y el Filete habían llegado primero y Pico, al que si le había afectado la altura y tenía taquicardias y dificultad para mantener la verticalidad, se había superado a sí mismo y conseguía hacer cumbre unos 10 min. después.

Nos abrazamos, intercambiamos sensaciones y éstos nos dijeron que nos quedaban unos 20 min. a cumbre. Nosotros desconfiamos un poco, no podía ser que después de todo el sufrimiento sólo nos quedasen 20 min. Pensamos que lo hacían para animarnos, posteriormente pudimos comprobar que no mentían. Les preguntamos sobre el encordamiento, de hecho el Filete nos ofreció una cuerda que llevaba y no estaba usando, pero Yon nos tranquilizó y nos dijo que a pesar de que la última arista era muy expuesta, a penas hacía aire y que se habían encordado, sobre todo por el Filete, que estaba un poco acojonado, pero que tampoco era tan imprescindible, así que decidimos seguir sin encordar… total, tampoco tenemos experiencia en ello y a lo mejor, como se suele decir, iba a ser peor, el remedio, que la enfermedad. También nos dejaron la cámara de Yon y menos mal, porque si no nos hubiésemos podido retratar en cumbre y después de todo lo sufrido, como para no hacerlo.

Tras despedirnos de nuestra gente, nos pusimos de nuevo al asunto, nosotros para arriba y ellos para abajo. Afrontamos la última arista, que cuenta con dos o tres huellas, que se van perdiendo poco a poco, hasta convertirse en una única, en la puta cresta y con enormes caídas a ambos lados de la misma. Con la perdida de esas huellas, también se va perdiendo inclinación, hasta que finalmente se va poniendo prácticamente llano, unos metros por delante, ya en un altiplano más ancho, se encuentra la CIMA DEL MONT BLANC. Según ascendíamos por la última cresta, íbamos hablando y coincidíamos en la emoción, no sé si a Toni, llegó a escapársele alguna lágrima, a mi sí. A pesar de la emoción, seguíamos muy justitos de fuerzas, así que con nuestros dos cojones, en plena arista cimera, en la zona más expuesta de toda la ruta, nos permitimos el lujo de descansar una última vez, recuperar de nuevo el aliento y acometer los últimos metros…

… y así fue como PAPA LIMA SIERRA conquistó el techo de Europa (occidental sí). Aunque se hizo de dos tacadas, toda la representación de PLS, logró hacer cumbre. ¿sabéis lo que es eso? Pues creo que sólo unos pocos que lean esto, sabrán lo que realmente es.


domingo, 17 de julio de 2011

ASCENSIÓN AL MONT BLANC (Primera Parte)


DISTANCIA RECORRIDA: Imposible calcular la distancia, como bien sabéis en alta montaña las distancias se miden en tiempo .TIEMPO EMPLEADO: Desde las 7 horas más o menos empleadas por Yon, hasta las 9 y media empleadas por mí DESNIVEL ACUMULADO: unos 2.000 m., sin poder concretar, ya que no sabemos a que altura está exactamente el apeadero en el que comenzamos PUNTO MÁXIMO DE ALTURA ALCANZADO: 3817 m. en el Refugio de Gouter
Lo vivido por estos cuatro montañeros, bueno perdón “ALPINISTAS”, en representación de ese grupo más amplio, que sin saber muy bien como se ha venido denominando a sí mismo PAPA LIMA SIERRA, ha sido la mayor aventura disfrutada por este singular grupo, que hace menos de tres años, andaban dando un paseo por la Sierra Madrileña y que acaban de coronar el techo de Europa, la cuna del alpinismo, la montaña que cualquier aficionado a este deporte, tiene en su punto de mira. Papa Lima Sierra, ha conseguido coronar el Mont Blanc, con sus 4808 m. de altitud.

En esta primera entrada, me voy a centrar en la primera parte de la ascensión, desde Chamonix hasta el refugio de Gouter, dejando para una siguiente entrada, el día de cumbre y para una futura, si así se tercia, todo lo vivido en Chamonix y sus alrededores. Al igual que en la pasada entrada del Aneto, no voy a poner fotos, salvo la que precede a estas líneas. En su lugar y debido al gran número de ellas, lo que voy a hacer es incrustar el video con el montaje de las fotos, que hace ya algún tiempo que elaboré, en la entrada del día de cumbre.

Los tres alpinistas, con los que tuve el placer de compartir esta gran hazaña, me habéis pedido que me curre una entrada a la altura de lo acaecido, así que aprovecho de antemano a pediros disculpas, porque dudo mucho que en unas cuantas líneas, pueda ni siquiera acercarme a lo que allí vivimos.

Para empezar y muy brevemente, os diré, que llegamos a Chamonix, un lunes al medio día, consultamos el tiempo en la casa de la montaña y nos daba martes bueno y miércoles un poco regular, con tormentas de evolución de tarde. La verdad es que para acometer la ascensión, son buenas previsiones y más teniendo en cuenta que lo normal en periodo de verano en los Alpes, es que aparezcan tormentas en la tarde, así que incluso podíamos sentirnos afortunados, ya que el martes por la tarde nos iba a dejar de tregua. Así que con esas previsiones, ya a mitad de la tarde, rápido a comprar las últimas cosas que pudieran faltarnos y para casa a preparar todo.

Martes por la mañana, con todo listo y con unas mochilas que parecíamos “sherpas”, cogimos el coche con intención de ir a la localidad de Saint-Gervais-Les-Bains, de donde sobre las 08:30, partía el tren cremallera, conocido como “tranvía del Mont Blanc” y que en teoría y según teníamos conocimiento, nos dejaría en la estación conocida como Bellevue, donde tendríamos que comenzar la ascensión. Este tren, lo normal es que llegue hasta la zona conocida como Nid d´Aigle, pero se están acometiendo unas obras de acondicionamiento y según nos informaron, sólo llegaba hasta Bellevue, teniendo que sumarle más tiempo de caminata y unos 300 ó 400 m. más de desnivel.

Cuando llevábamos 10 min. de coche, salta el caraja del Pico, ¡¡¡Coño, el pantalón!!!, resulta que se le había olvidado el pantalón de invierno. Hicimos unas intentonas de convencerle para no volver, incluso le dijimos que le dejábamos dos o tres mayas, pero tenía razón, había que volver. Lo peor, es que perdíamos el primer tren y el siguiente tardaba bastante, pero bueno, percances de la ruta. Volvimos follaos con el coche, pero era absurdo, no nos daba tiempo ni de coña, así que buscamos alternativas y una de ellas era subir en teleférico desde Les Houches, que estaba a tan sólo cinco minutos de Chamonix y que nos subía directamente a Bellevue. Como se suele decir, no hay mal que por bien no venga y cuando llegamos a Bellevue con el teleférico, pudimos comprobar que el tren, que aún no había llegado, continuaba hasta un especie de apeadero, que si bien, no era Nid d´Aigle, ascendía un poco más, ahorrándote una buena caminata y unos pocos metros de altura. Así que esperamos unos minutos al tren, junto al resto de personas que subimos en el teleférico. Aquí conocimos a unos pamploneses, que habían ascendido el día anterior. No recuerdo bien si subieron directamente desde Tete Rousse o desde Gouter, aunque creo recordar que fue desde Tete. Lo que sí recuerdo es que ya nos advirtieron de lo mal que nos iban a tratar en los refus y de que si queríamos dormir en Gouter, teníamos que llegar con toda nuestra jeta y hacernos fuertes para que no nos echasen, contábamos con ello jejeje. También nos pusieron en pre-aviso de la dureza de la ascensión, incluso alguno de ellos, se dio la vuelta antes de llegar a Vallot. La verdad es que se les veía curtidos en montaña, al menos en aspecto y recuerdo perfectamente, como nos dijeron ¡¡¡Ojalá haya niebla y no podáis ver las rampas del Dome de Gouter, para no veniros abajo!!! Dicho así acojona la verdad, pero bueno…

En seguida llegó el tren, nos despedimos de los pamploneses, que con un gesto solidario, cuando ya estábamos montados, nos dieron dos botellas de agua, recién compradas (claro, ellos sabían el precio de oro que tienen en los refus). El tren lentamente va avanzando, ganando metros de altura y aunque no nos iba a dejar en el Nid d´Aigle, si que nos ahorraba una buena caminata. Tras unos minutos, el tren se detuvo en un pequeño apeadero a medio construir, que ni siquiera tenía nombre. Todo el mundo se bajó y tras ajustarse, cordones, cintas de mochila y demás, empezaba a caminar. Nosotros la verdad es que fuimos de los más rezagados y empezamos a andar a la cola del grupo, claro que sólo fue por un breve tiempo, porque a pesar de haber repetido por activa y por pasiva, que debíamos ascender con un ritmo tranquilo, la cabra tira al monte y estas tres cabras (yo no), no pueden evitar tirar a lo bestia, así que como he dicho, enseguida éramos los primeros. La mayoría subimos por las vías del tren, desde donde se apreciaba perfectamente la dura subida. Otros se desviaron por un camino que salía a la izquierda, aunque no sé si subían al Tete Rousse, o iban a hacer cualquier otro trekking.

Perdonad si no hago referencias a los tiempos de ascensión, con las fuerzas y el aliento, creo que también perdí la noción del tiempo. Tras seguir por las vías, comenzamos a ver una zona de obras, que pertenecen al fin de las vías y que tras dos túneles, uno de los cuales bordeamos por un sendero, nos dejó en el Nid d´Aigle, a 2372 m. de altura. Yo la verdad es que aquí ya estaba un poco jodido, bueno, muy jodido, no sé porque pero me encontraba fatal, lo que debía de ser sólo un paseo, se me estaba haciendo un suplicio… nosotros apenas paramos, seguimos con la intención de parar unos metros más arriba.

Pasados unos 15 min. más de ascensión, nos paramos en el mismo camino, junto a un arroyo, donde aprovechamos para beber agua. Yo como ya he dicho anteriormente, iba muy justito. Lo normal es parar y tras unos minutos, recuperar, pero yo sentía que no recuperaba, así que aproveche al máximo la parada, descansé y comí algo, antes de ponernos de nuevo en marcha. El camino, desde aquí, sube por una ladera con vegetación baja y piedras, para unos metros más arriba, cruzar el primer nevero, donde existe una especie de cabaña pequeña que algunos confundimos con Tete Rousse, que ilusos… después de esta casita, se cruza una especie de altiplano, antes de acometer una dura ascensión a medio camino entre unas zetas y una trepada, con unos grandes bloques de piedras. Lo que iba a ser el preámbulo del resto de la ruta, ya se dejó ver aquí: Yon subió volando, a una cierta distancia Toni y Pico se defendían muy bien y algo rezagado iba yo. Esta medio trepada, te deja en otra especie de cabaña de madera, que da preámbulo a una zona glaciar, en la que ya se ha de pisar nieve y que cruza todo el canal, hasta dejarte en el refugio Tete Rousse, situado a 3167 m. de altura.

En este punto yo alcancé a Toni y Pico, no por ir sobrado de fuerzas, si no porque estuvieron cruzando opiniones y aventuras, con otro grupo de españoles, a los que yo ni vi jejeje. El caso es que enseguida estábamos los tres con el tío Yon, que como siempre nos sirve de avanzadilla. En Tete Rousse, nos tomamos una pausa más larga, descansamos un poco, pero yo seguía sin recuperar, no en vano, habíamos ascendido unos 1400 m. de desnivel, más que en cualquiera de las rutas que habitualmente solemos hacer. A partir de este punto nos pusimos los crampones, el arnés y nos disponíamos a afrontar la parte quizás más peligrosa de la ruta. Primero ascender por un gran nevero, para llegar hasta la tan comentada, leída y vista en youtube “bolera” o le Grand Coulier, como dicen los franceses, para después salvar un gran trepe de unos 700 m. de desnivel, con zonas muy complicadas.

Empezamos a ascender por el nevero y cuando apenas llevábamos unos metros, yo sentía que no podía más, no era una cosa de coco, ni de piernas, simplemente no podía más. Tenía la boca del estómago en la garganta y unas ganas de vomitar tremendas, así que muy a mi pesar, decidí darme la vuelta y volver a Tete Rousse. Éstos trataron de convencerme, pero no quería retrasarlos más, además, sabía que en ese estado, no iba a aguantar mucho más e incluso podía ser peligroso cruzar la bolera o trepar sin fuerzas.

A partir de este punto y hasta que yo llegué a Gouter, sólo puedo ofreceros mi punto de vista, así que no me enrollaré. Sólo decir que después de cagar, tomarme un red bull y hablar con unos españoles que habían hecho cumbre un día antes, pasada una hora de mi abandono, decidí ponerme de nuevo en marcha, también ayudó mucho mi cabezonería y mi rechazo absoluto a un abandono tan temprano ¡¡¡ joder, como coño me iba a quedar en Tete Rousse, el Juancar me iba a quemar!!! Jajajaja. Otra cosa que me fue de gran ayuda, fue los Walkies, que me mantuvieron en contacto directo con Yon, que me animó mucho a decidirme. Bueno, voy a seguir centrándome en la ruta.

Después de ascender por el nevero, llegábamos a la zona de entrada a la bolera. La verdad es que los videos o las descripciones se quedan cortas, no quizás por lo peligroso, si no por lo que supone estar ahí, en esa mole de pared de hielo y nieve y saber que como te pille una piedra que al caer bufa, pues se acabó… así de simple y así de duro jejeje. Por lo que sé, Yon lo cruzo sólo, sin asegurar al cable ni nada. Pico y Toni lo pasaron juntos, también sin asegurar ni al cable ni entre ellos. Existían dos huellas, una la normal, la que tantas veces hemos visto en los videos, donde existe el cable y otra, más arriba y en diagonal ascendente. En la de siempre, existía una grieta, completamente helada, por la que bajaba agua a gran velocidad, que lo convertía en un gran tobogán helado que o bien se saltaba, algo difícil, la verdad, o bien se pisaba en el hielo y el agua con un pie y finalmente se cruzaba. Pico al parecer, nada más cruzar esta grieta, empezó a correr y Toni le gritaba ¡¡¡Pico, Pico, cabronazo, esperame!!! Yo la crucé en solitario e hice un poco “Donkey Kong”, el mono al que Mario le tiraba barriles y que éste los esquivaba. Porque según me dijeron Toni y Pico, que me vieron desde más arriba, empecé a andar y cuando tenía que bajar un pie a la grieta, lo vi muy inseguro y para colmo empecé a oir “Piedra, Piedra” “Dome, Dome” y escuchas gritos por todos lados y veo una piedra, no muy grande la verdad, pero que bajaba a “to´ cipote”, así que doy marcha atrás y otra vez en la entrada. Lo volví a intentar, esta vez por la huella de arriba, aconsejado por Yon, que me había dicho que estaba mejor y así era, sin grieta, más dura por ser ascendente, pero quizás más segura, aunque las piedras también caían, a mí más o menos me respetaron.

Después de contar lo acaecido en la bolera, os explicaré lo más breve que me deje mi ilusión por escribir, lo que queda hasta Gouter. A partir de este punto, es una ascensión muy dura, casi una trepada, que tiene que salvar tres “meños” de piedras (como los llama Pico), hasta dejarte en la base del Refugio, que no dejas de ver sobre tu cabeza en toda la ascensión. En teoría tienes que ir fijándote en puntos rojos, que apenas se ven, así que lo normal es utilizar el sentido común para ir salvando los bloques de piedras que te van apareciendo. Durante la ascensión no fue necesario el uso de los crampones y el piolet, porque salvo en lugares muy puntuales en los que había algo de hielo, la mayoría de la ruta estaba pelada de nieve. La última parte, quizás es la más complicada y por ello, existen cables fijos en la pared, que en ocasiones utilizas como pasamanos y en otras, directamente te aseguras con la línea de vida que tienes en el arnés.

Poco a poco fuimos ascendiendo, el primero en llegar fue Yon, pasado un tiempo llegaron Pico y Toni, que acometieron juntos toda la ascensión y una hora después de éstos, siendo ya las siete y veinte de la tarde, llegó éste narrador que como ya había advertido antes, no iba a quedarse en Tete, en Gouter puede, pero en Tete ni de coña jejeje. Con nuestra llegada a Gouter, voy a despedirme de la entrada de hoy, en la siguiente, os contaré lo vivido (o malvivido) en Gouter y la ascensión hasta la cumbre. Un abrazo a todos y ahora, con más sentido que nunca, en la próxima entrada, NOS VEMOS EN LA CUMBRE.


domingo, 5 de junio de 2011

ASCENSIÓN A ANETO

DISTANCIA RECORRIDA: Unos 18 km. aprox. (desde el Refugio de la Renclusa) TIEMPO EMPLEADO: 9 horas Toni y Yon y unas 13 Pico y Sergio (desde el Refugio) DESNIVEL ACUMULADO: 1504 m. desde la Besurta (1255 m desde el Refugio) PUNTO MÁXIMO DE ALTURA ALCANZADO: 3404 m. en la Cima de Aneto

Aunque hace ya algún tiempo de esta salida, voy a intentar plasmar lo vivido, disfrutado y sufrido en la misma.

Casi sin darnos cuenta, nos vimos involucrados en esta aventura, que quizás hace algún tiempo se nos podía antojar una empresa lejana, pero que teniendo en el horizonte el Mont Blanc, se convertía en cita casi obligada y así fue como surgió, a modo de entrenamiento, nos planteamos esta ascensión, para la cual, buscamos cada uno nuestras triquiñuelas en casa para poder escaparnos tres diitas y poder realizarla.

En un principio comenzaron las quinielas, hasta el Lucas y la Mari se apuntaban, pero como suele ser habitual, poco a poco se fue cayendo gente de la lista y los cuatro intrepidos que ya tenían sacado el billete para Francia, acompañados por el Largo, fueron los que finalmente se embarcaron en este viaje, en el Altea del largo, rumbo a Benasque. Os advierto ya de antemano, que voy a poner pocas fotos en esta entrada, por el contrario, al final, incrustaré el video con el montaje.

Salimos de Madrid por la mañana, después de duras negociaciones sobre la hora, a eso de las 08:00 nos poníamos en marcha, primero a por el Pico, que más o menos nos pillaba de paso y luego por la carretera de Barcelona hacía los "Piris". En el viaje no me enrededaré mucho, sólo deciros que ir con éstos, es como llevar a un niño que se hace pis cada media hora jejeje.

Tras una parada para comer, en un pequeño pueblo de cuyo nombre no me acuerdo, pero que tenía unas tostas y sandwiches al horno riquísimos, nos plantamos en Benasque a eso de las 16:00. La verdad es que el tiempo no era muy alagueño, una fina, pero intensa lluvia nos acompañaba y para colmo, al parecer llevaban dos o tres días buenos y pasado mañana, empezaba también el buen tiempo, asi que definitivamente, los dos días elegidos para la ascensión, no eran los más adecuados, pero en fin, ya que estabamos allí no nos ibamos a echar para atrás no???

Después de una mirada furtiva en alguna de las muchas tiendas de montaña y después de que al pico le sacasen un ojo, por una capa de lluvia, nos pusimos de nuevo en marcha, hacia la Besurta, último aparcamiento para poder dejar el coche, antes de acometer una corta, pero fuerte subida hasta el Refugio de la Renclusa.

En este aparcamiento, existen una especie de marquesinas de madera, con unos bancos, que nos sirvieron para terminar de vestirnos y prepararnos antes de empezar a andar. La lluvia seguía acompañándonos y de hecho, no dejo de hacerlo hasta que llegamos al Refugio. La ascensión, se hace por un camino bien marcado, que haciendo unas zetas, nos aproximó hasta la Renclusa, situado a 2140 m., en unos 40 min.

El Refugio, que más bien parece un hotel, cuenta con una pequeña sala en la entrada, en la que has de quitarte las botas y el material duro (piolets, bastones etc...) y en su lugar, te calzas (si no te has llevado tú unas propias) unas sandalias de esas de goma, para moverte por el interior del refu. Primero nos hicimos un té calentito, de esos que se curra el tío Yon y después, a pesar de que existe servicio de comidas, nosotros queríamos disfrutar el romanticismo de la cocina de montaña, asi que con nuestros infiernillos, nos hicimos unos sobres de pasta bien buenos, que acompañamos de unos sandwiches y unos pinchitos de embutido.

Según nos informaron en el Refugio, al día siguiente anunciaban una tormenta a eso de las 11:00 de la mañana, asi que decidimos aventurarnos, eso sí, madrugando más de lo previsto, toca diana a las 04:00 de la madrugada. En lugar de acostarnos, os contaré que nos montamos una timbita, con unas fichas de dominó y ajedrez y que acabamos a eso de las 00:00, cuando todo el mundo estaba durmiendo desde las 22:00 jejeje ah!!! por cierto, ganó Pico y creo que no se la pagamos...

A las 04:00 de la madrugada, después de que algunos de nosotros, apenas durmieran una o dos horas, nuevamente en pie. Habíamos contratado el desayuno en el Refu, pero como era demasiado pronto, en lugar de servírnoslo, nos lo dejaron preparado, con sus termos y to´ la ostia. Bueno, a nosotros y a todos los que un poco antes o poco después, se fueron levantando, con la intención de acometer la ascensión al Aneto o alguno de los otros picos que lo rodean.

Siendo más o menos las 05:00 de la madrugada, nos poníamos en marcha, con los frontales encendidos, mirando la ladera, en la que ya se veían dos o tres por encima nuestro. Al principio tuvimos algunas dudas sobre la ruta, de hecho nos costó una discusión al Pico y al que suscribe, es lo que tiene ser tan cabezones. Esas dudas, hicieron que diéramos un gran rodeo sobre lo que sería la ruta normal de ascensión al Aneto, acercándonos a un "ivón" que queda a la derecha del Refugio, según se sube.

El rodeo, además de por las dudas que ya he comentado, también lo dimos, porque así evitábamos el tener que pisar ya zona de nieve y por tanto, tener que colocarnos los crampones desde tan pronto. En cualquier caso, llegó una zona en la que ya era necesario sí o sí, aunque cruzamos un pequeño nevero aún sin ponérnoslos, algo que hizo que el Largo, ya empezase su particular calvario y lo pasase un poco mal cruzándolo.

Después de este nevero, en una zona rocosa, nos juntamos y nos calzamos los crampones, todavía sin mucha inclinación, nos eran más efectivos los bsatones que el piolet, ya que existían zonas con la nieve muy blanda, en las que en ocasiones te hundías. Silver aquí ya se le veía jodido, no sé si serían falta de fuerzas, poco descanso en la noche, algo psicológico o un posible mal de altura temprano (estábamos sólo a 2700 m. más o menos), pero tenía mala cara y sudaba en exceso. En esta zona empezó a amanecer y ya no eran necesarios los frontales, además pudimos centrarnos un poco y dislumbrar por donde se ascendía, ya que había varias huellas marcadas, pero todas llevaban al mismo sitio, ascendiendo muy verticalmente hacía una zona que parecía un collado, para después girar bruscamente a la izquierda y llevarnos hacia la entrada del Portillón.

El Portillón, es una especie de brecha en la cresta de la montaña, que entre unas formaciones rocosas, crea una especie de brecha a modo de escalinata y que da paso a la otra vertiente de la montaña, mostrándote el valle de Vallibierna, otra ruta de ascenso o bien una alternativa al descenso para no volver por el mismo sitio, ya que existe una línea de autobuses, que conecta el final de este valle con el "Plan de la Besurta", donde dejamos el coche al inicio de la ruta. Este paso del Portillón, si bien no es muy complicado, exige tener cierto cuidado, mucho más al descenderlo que al ascenderlo, ya que un resbalón o traspie, puede dar lugar a una caída de muchos metros. En este punto, alcanzamos a los tres frontales que a primera hora de la mañana, se observaban sobre nuestras cabezas y que pertenecían a tres franceses, que habían decidido ascender con esquís de travesía, algo digno de alabanza, porque ascender esas pendientes con las pieles de foca puestas bajo los esquís, tiene que ser durísimo.

Después del paso del Portillón, hay que ascender a media ladera, por una huella bien marcada, que paralela a la falda, pero siempre en sentido ascendente, nos ha de ir acercando al glaciar del Aneto y al Collado de Coronas. En esta zona, es cuando Silver peor se encontraba, poco a poco se fue distanciando de los demás, hicimos una parada y recuperamos un poco, pero el parecía no recuperar. Después de reanudar la marcha, enseguida volvió a distanciarse y recuerdo como me silvaba y me decía que no podía más sacudiendo los brazos, yo a pesar de escucharle, me hacía un poco el loco, ya que sabía que si le esperaba, lo siguiente sería tirar la toalla, asi que continúe y él seguía, pero llegó un momento en que había que parar, se le veía jodido que te cagas y la distancia que le sacábamos empezaba a ser considerable. Paramos y Silver dijó que no iba a seguir, que no podía más, nosotros intentamos animarle, le dijimos que descansaríamos el tiempo que fuese necesario, que recuperase, comiese y bebiese, pero no había manera. La verdad es que tenía muy mala cara, tenía la cara blanca como la nieve, casi no podía comer y hasta tenía ganas de vomitar, así que a pesar de nuestra insistencia, decidió darse la vuelta. Como hacía bueno, sin frío, sin niebla y con sol, le dijimos que descansase y que volviesé a la zona del Portillón y nos esperase allí... así que a partir de ese momento perdíamos a uno en la expedición y al largo se le quedaba una espina, que a día de hoy aún le obsesiona y que estoy seguro que pronto se la quitará y si yo puedo, le ayudaré a hacerlo.

Siendo ya cuatro reanudamos la marcha, a partir de aquí es cuando peor lo pase yo y menos mal que Silver no siguió, porque aquí si que hubiese sufrido. El camino era similar al anterior, siempre en ligero ascenso, lo que pasa que la nieve ya estaba muy blanda y de cada cuatro pasos, tres te hundías hasta la cintura. Costaba una barbaridad, sacar el pie, para comprobar que en el siguiente paso, te volvías a hundir. Yo lo tengo claro, de este invierno no pasa, que me compre unas raquetas.

Poco a poco fuimos llegando al Collado de Coronas, algunos sufrimos más que otros, pero por encima de todos, sobresale el tio Yon, que parece que no le cuesta ascender y que cuando Toni y Pico acababan de llegar al Collado Coronas y yo ni siquiera lo había hecho, dijo que iba a ir subiendo a ver como estaba.

A partir del Collado, la nieve volvía a ser buena para progresar. Por una huella bien marcada, haciendo unas zetas muy fuertes, se comenzaba a ascender las últimas rampas del Aneto y a su vez las de mayor inclinación de toda la ruta. A pesar de que hacía un momento, la cumbre se nos había mostrado en toda su plenitud, ahora, una fina niebla, no nos dejaba ver mucho más adelante. Para que os hagáis una idea de la inclinación de las rampas, recuerdo perfectamente cómo veía los pies de Pico a la altura de mi cabeza, en la Zeta de arriba y casi lo podía tocar.

Después de “zetear” durante un rato y superar las últimas rampas, Pico y yo, pudimos ver como Toni acababa de llegar al lugar donde hace ya un rato se encontraba Yon. Es como una especie de antecumbre, una pequeña explanada en la que se encontraban otros tres montañeros, que habían ascendido por otra ruta. A partir de aquí, sólo queda, cruzar el famoso “Paso de Mahoma”. Una especie de cresta rocosa, formada por grandes bloques, que hay que sortear por encima, como mejor se vea y que tiene como peligro principal, una caída de muchos metros a cada lado. El que peor lo pasó en esta zona, fue Toni, que gateaba como un perrillo chico agarrado a las rocas jajaja.

Poco a poco, fuimos pasando todos hasta la cumbre, en la que nos abrazamos, chocamos las manos y nos dejamos llevar por la emoción, pensando en lo que se nos venía dentro de aproximadamente un mes, cuando a priori, intentaríamos el Mont Blanc… pero bueno, para eso aún quedaba mucho y había que disfrutar de esta cumbre, no en vano, es la segunda más alta de la Peninsula, la más alta de los Pirineos y para tres de nosotros, lo más alto que habíamos estado nunca. Nos hicimos las pertinentes fotos, grabamos un video algo accidentado jejeje y había que empezar a pensar en la bajada.

Para la bajada no me enrollaré en exceso, todos sabéis lo que me pasó… sólo os diré que yo iba muy justito de fuerzas y el Yon, que como siempre va sobradísimo empezó a tirar, además el tiempo se estaba poniendo feo, así que Pico y Toni le siguieron, yo me quedaba un poco rezagado y casualidades de la vida, a Pico se le enganchó un crampón en el guetre y se paró a quitárselos y de pasó recuperaba un poco el aliento, que como confesó después, tampoco le sobraba, así que finalmente me esperó. Toni y Yon tiraron, a Pico y a mí nos cogió bien la tormenta, empezó a nevar y a hacer mucho frío, así que apretamos el paso y yo tuve un traspié y caí por una pala de nieve, hasta que pude detenerme con una roca que estaba medio suelta. ¡¡¡Pico, Picoooooo, Picooooooo!!!, estas fueron mis palabras mientras caía. Yo me quedé sin fuerzas, en parte porque ya no las tenía y porque el susto me había quitado las pocas que había. Además, algo me había pasado en el pie derecho, un dolor enorme me subía por la pierna y yo sólo pensaba, me lo he roto, me lo he roto y con esta tormenta el helicóptero no va a subir… menuda papeleta. Pico acudió enseguida a socorrerme y gracias a su ayuda, pude salir del embolao, poco a poco y con su ayuda, me fui centrando, primero había que abrigarse, que el frío ya era muchísimo. Fui comprobando que el pie a pesar de dolerme un pasote, no parecía estar roto, así que me fui recuperando y Pico y yo llegamos a la conclusión de que había que continuar, como no me moviese pronto, me iba a enfriar y entonces, seguro que no continuaría.

Después de contaros mi batallita, os diré que Yon y Toni, que no sabían nada de mi accidente, siguieron tirando y tanto lo hicieron, sobre todo Yon, que llegó al refugio 10 min. después que el Largo, del que no os había vuelto a decir nada, pero que se había encontrado mejor y había decidido bajar hasta la Renclusa. Pico y yo, tardamos en hacer lo que se hace en una hora y media más o menos, unas 5 horas y media, llegamos finalmente al Refu y decidimos continuar sin pararnos nada, hasta el coche, para que mi pie no se enfriase mucho, aunque el dolor que tenía empezaba a ser insoportable. Finalmente llegamos al coche, nos cambiamos lo justito y al albergue a ducharnos, que me tenía que mirar el pie. En esta última parte, me toca darle las gracias a Yon, que me llevó la mochila.

Ya termino con esta entrada, una gran hazaña, que nos sirvió de mucho en la preparación del Mont Blanc, sobre todo psicológicamente y que tuvo como resultado, una conquista más de PAPA LIMA SIERRA.

PD: Como siempre, muchas gracias a todos, por ayudarme a disfrutar de mi gran pasión y especialmente a Pico, que en los momentos más difíciles estuvo conmigo. Un abrazo a todos y si la montaña nos deja, en más o menos un mes, NOS VEMOS EN LA CUMBRE, en este caso, en la del Mont Blanc ooooohhhhhh siiiiiiiiiiiiiiii.




VIDEO-RESUMEN ASCENSIÓN AL MONT BLANC

VIDEO-RESUMEN DE ASCENSIÓN A ANETO

CUMBRE DE MONTÓN DE TRIGO

EL CREADOR DE ESTE BLOG LLEGANDO A LA CUMBRE DE MONTON DE TRIGO

MALICIOSA INVERNAL (Cara sur)

PEQUEÑA GRUTA DE LA PEDRIZA

CUMBRE DE PICO EL NEVERO

VOLVIENDO DEL PICO DEL NEVERO

ASCENSIÓN A PEÑA EL AGUILA